Mientras el gobierno chileno gasta una fortuna para celebrar un falso bicentenario de independencia, el 18 de septiembre de 2010 hará recordar a la mayoría de los chilenos la otra realidad que han vivido durante esos 200 años, opresión y destaque de la cultura de los conquistadores, y algunos lamentarán de no haber acabado con los pueblos originarios que tantos “problemas” le siguen ocasionando en una democracia con olor nauseabundo de Pinochet.
Por otro lado el Presidente Piñera, con lágrimas en los ojos habla al mundo de la desgracia de los hermanos mineros (con quienes nos solidarizamos, pero sus desgracias fue por negligencia del gobierno y de la empresa minera), trató siempre de ocultar la otra desgracia que tanto gobiernos de derecha e izquierda han puesto de acuerdo para “combatirlos” a sangre y fuego, acallar las voces de liberación y coraje de los Mapuches y demás pueblos originarios, pueblos indígenas que nunca se doblegaron ante los conquistadores.
Desde ese entonces, antes y después de 1810 con orgullo han llevado el título de “terroristas”, porque no queda otra, dignidad y liberación de los marginados se construye sobre esas falsas apreciaciones. Con el gobierno de Allende se vivió un pequeño veranillo para hablar de los derechos humanos de los pueblos originarios, pero con el gobierno de Pinochet siguiendo las prácticas fascistas de su maestro Hitler impuso La Ley Antiterrorista que tipifica y reprime las supuestas “conductas terroristas”, que actualmente solo se aplica al pueblo Mapuche quienes luchan contra las transnacionales, militares y gobierno para no perder sus territorios y derechos ancestrales, ley que no distingue niños de hombres y mujeres mapuches.
Esa otra realidad chilena lo están llevando a cuestas los Mapuches que están en huelga de hambre, como símbolo de dignidad de todo el pueblo chileno, sobre todo los indígenas, quienes con sus vidas están a punto de derogar esa oprobiosa ley, ley que los gobiernos que estuvieron después de Pinochet no han podido eliminarlo, sin embargo sigue siendo la vergüenza de un país que quiere convertirse en “primer mundo”.
Nuestra solidaridad con los Peñis, héroes de la lucha de todos los pueblos indígenas de Abya Yala contra las falsas celebraciones de un bicentenario plagado de historias supuestos “caudillos” que poco o nada hicieron por la liberación de nuestros pueblos.
Esa solidaridad se lo extendemos también a los hermanos mineros de Copiapó, que tengan todos pronto regreso a sus hogares, ya sea en Wallmapu o en el norte de Chile y Bolivia.
¡MARICI WEU!
(Diez veces viviremos, diez veces venceremos)
Bandera de los Mapuches
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