Panamá tendrá a comienzos de mayo de 2009, elecciones generales en las que estarán en juego todos los puestos políticos, desde la presidencia de la república, diputados, gobernadores, alcaldes hasta representantes de corregimientos.
Como siempre, faltando algunos meses para la ida a las urnas, las encuestas de opinión se han multiplicado al igual que las empresas dedicadas a esa actividad, en su mayoría ligadas de alguna manera a medios de comunicación, sobre todo televisoras y diarios influyentes del país. Toda una efervescencia nacional en la cual siguen habiendo excluidos y ciudadanos de última categoría.
Cada vez que una empresa anuncia en la primera página de un periódico o en hora pico de algún noticiario, terminan diciendo que, “La encuesta midió exclusivamente la intención de voto para presidente de la República, en todo el territorio nacional, con excepción de las comarcas indígenas” y otros lugares de difícil acceso, lo cual, claro está no es ninguna primicia. Pero el día de las elecciones siempre esperan con desesperación los votos que vienen de esas áreas, hasta el punto que hablan de fraudes en las mismas, si los conteos de votos no favorecen a su candidato, destacando incluso la “ignorancia de los indígenas” que se prestan para tales hechos.
Lo irónico de todo esto es que ya hay teléfonos públicos y privados en muchas comunidades indígenas y hasta cobertura de teléfonos móviles (celulares), y todos los presidenciables al promover su campaña, cuando hablan de la pobreza y desnutrición, con lagrimas en los ojos hablan de “sus” y “nuestros” indígenas, a los cuales favorecerían en primer lugar al llegar a la silla presidenciable.
Estamos seguros que a nuestras comunidades tampoco les importa si los toman en cuenta o no en las encuestas mediatizadas o arregladas mucho antes de las llamadas a supuestos ciudadanos y ciudadanas, al fin y al cabo ganaran los partidos de siempre, que vendrán con las mismas recetas de años anteriores y nada o poco cambiarán sus vidas. Con o sin encuestas, con o sin visitas de los candidatos, los pueblos originarios seguirán tejiendo sus propias esperanzas y futuro, hasta que tengamos partidos y candidatos propios.
Campañas políticas, encuestas políticas que ocurren a lo largo de Abya Yala y en su mayoría excluyentes de los pueblos indígenas.
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