El 10 de agosto, Bolivia se enfrenta a su futuro. O se hace prevalecer la democracia, o queda sumida en el caos que tarde o temprano llevaría al país a una mismísima guerra civil, en la que los perdedores serían los de siempre, los pobres que en su mayoría son indígenas.
Si en verdad no es un gobierno indígena el que ostenta el poder político, no podemos negar que su presidente, Evo Morales, es un indígena y parte de su formación, además de los sindicatos lo ha tenido en el movimiento indígena, por lo que las reformas hechas a favor de los mismos son muy visibles como nunca antes hubo durante las dictaduras militares o civiles lacayos de otros gobiernos, que sin pena ni gloria han pasado por el Palacio de Gobierno de La Paz.
Es por ello que las movilizaciones por las supuestas autonomías, habidas en últimos meses, no son más que el surgimiento de voces fascistas en nuestro continente, si quisieran adversar al gobierno de Evo, hubieran concentrado sus reclamaciones ante los poderes establecidos, mientras tanto, se han puesto a pregonar la “superioridad blanca” frente a los indígenas, llegando inclusive a denigrar y torturar públicamente a nuestros hermanos indígenas en plazas públicas, cual hordas de Hitler en la segunda guerra mundial (muchos descendientes de nazis que llegaron huyendo a Abya Yala).
Por otro lado, el letargo en que ha quedado la nueva Constitución del gobierno de MAS, debe desempolvarse y dar un giro radical a la nueva constitucionalidad en relación a los pueblos indígenas, eso ya no afectaría únicamente a los bolivianos, sino que haría temblar a muchos constitucionalistas de este continente que ven resurgir la “amenaza indígena” por todos los frentes.
En ese sentido, queremos solidarizar con el Gobierno de Evo Morales.
Hermanos de Abya Yala: No podemos quedar con los brazos cruzados y ver de nuevo como se desvanece el sueño indígena en pocos meses, porque eso significaría que estamos de acuerdo con los que están gestando un segundo genocidio contra nuestros pueblos, aquellos que siempre nos han odiado o los que lamentan que hace 5 siglos hayamos hecho resistencia a la colonización.
La independencia de Bolivia no fue un 6 de agosto de 1825, está por realizarse y lo van a liderar la mayoría de los que lo conforman y además dueños milenarios del Qollasuyo, claro está, con el apoyo de hermanos no indígenas.
Esperamos celebrar el domingo 10 de Agosto de 2008, el triunfo de la democracia sobre los agoreros del fin de una historia.
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