miércoles, 14 de octubre de 2020

In memoriam del Poeta Aristeides Turpana (1943-2020)

A raíz de una invitación del amigo, teatrista, Benjamin Dibaidi Avila, para un conversatorio sobre la historia del teatro en Gunayala, me reuní con el maestro Turpana, quien fue mi profesor de español en 1973 y 1974 (desde ese entonces somos amigos), y entre los dos escribimos el resumen de lo que a continuación público. Habíamos quedado en revisar y pulir, antes que ocurriera eso, Turpana voló alto…

Con tu permiso Turpi…

1973: Arysteides Turpana acababa de llegar de Francia y fue nombrado como profesor de idiomas en el Primer Ciclo Félix Esteban Oller, donde enseñó inglés y castellano. Con su llegada, creó dentro del Colegio un periódico mimeografiado llamado Archipiélago, en el que los estudiantes publicaban sus creaciones poéticas. El periódico salía cada dos meses. Paralelamente a esto, el profesor, que había estudiado teatro y lingüística en París, creó también un grupo de teatro en el colegio con sus estudiantes. No todos los estudiantes formaron parte del grupo teatral, porque la teatralidad era una actividad extracurricular y no entraba en el pensum, era algo que estaba desvinculado a las actividades académicas del colegio por lo tanto no era obligatorio, era una actividad individual y voluntaria. Muchos de los compañeros que redactaban sus poemas se limitaban a redactar solo sus poemas y no participaban de la actividad teatral, porque, como ya se dijo anteriormente, era una actividad extracurricular e individual. Sin embargo, el profesor Arturo González (Q.E.P.D), que era el director del colegio, veía esas dos actividades del profesor Turpana con mucha simpatía y nos apoyaba en todo. Hubo también corales poéticos. Pero las dos más grandes manifestaciones culturales fueron la publicación de la revista poética y el teatro. Al principio, las actividades del teatro se circunscribieron al área escolar. Toda vez que había actos culturas, el grupo teatral participa del evento. El mejor de lo momentos llegó al año siguiente, en 1974. Ese año el Departamento de Expresiones Artísticas de la Universidad de Panamá. (DEXA) que dirigía la profesora Baby Torrijos organizó el IV Festival Nacional de Teatro de Panamá. En el ínterin el profesor Turpana viajó a Panamá para entrevistarse con la profesora Torrijos y decir que él tenía un grupo de teatro, pero que la escuela no contaba con recursos para enviarlo a participar en el Festival. La profesora se entusiasmó por el privilegio que iba tener que por primera vez en toda la historia del teatro panameño iba a participar un elenco de teatro formado por indígenas. Por eso, la profesora le dijo al profesor que ella se iba encargar de eso, de nuestro pasaje; que era un hecho que TEA-el Teatro Experimental Archipiélago- estaría en el Festival. Además, nosotros seríamos los primeros nativos que demostraríamos que también sabíamos hacer teatro. Empezamos a trabajar duro, porque sabíamos que se trataba de un festival nacional, donde habría varias categorías: infantil, experimental, popular y profesional. Nosotros participaríamos en la categoría experimental. El profesor, como había estudiado teatro en Francia, de allá trajo ya una obra escrita, que era parte de sus obligaciones como estudiante, para su clase de dramaturgia. Paralelamente a eso, también hicimos un happening. El DEXA puso a nuestra disposición el avión que nos fue a buscar especialmente a nosotros, al grupo TEA. Comíamos en el restaurante universitario y dormíamos en el Hotel Colon, del Casco Viejo. El festival se desarrolló en lo que fue la Casa del Periodista, en la Avenida Perú. Estuvimos una semana, desde el 21 de octubre hasta el 28. Como a todos nos tocó un trofeo que es una “Mola de oro” que entregamos a la dirección de la escuela. En la noche de la presentación estábamos un poco asustados. Nunca antes habíamos actuado ante un público extraño, en la ciudad, y además a la luz de la técnica nos pusieron luces que nosotros nunca habíamos tenido, éramos rústicos. Presentamos dos obras del profesor: “Los Cifilizados” y “A veces esta palabra libertad”, que era un happening. A nivel de crítica tuvimos muy buena aceptación. Tanto Pedro Correa como Jaime García Saucedo reseñaron positivamente nuestra participación, esas reseñas salieron publicadas en los diarios de esta ciudad. Nosotros plantamos el primer árbol. Cuando se vaya a escribir la historia del teatro dule, hay que recordar a TEA y el año de 1974. Al año siguiente, el profesor no volvió. Ese año de 1975, le invitaron a participar en un documental que se titula God is a woman, de Pierre Gaisseau, y ese viaje terminó en Nueva York. Sé que el profesor después participó también como actor bajo la dirección del profesor Iván García, en la obra “Cada quien su vida”, obra del dramaturgo mexicano Luis Basurto. Cuando el profesor volvió de Nueva York, ya no volvió a Nargana. Trabajó en Gárdī, donde también hizo algo parecido a lo que había hecho con nosotros.

Se me olvidó decir que en 1992, el profesor publicó en Francia un poemario y de ese poemario se hizo una adaptación teatral que se llamó (J)oda a los 500 años. Fue un monólogo. Hubo dos montajes. Uno de los montajes lo hizo Iliana Solís Palma. El actor era el mismo profesor; y el otro montaje lo hizo Danny Caldén, igualmente con el profesor de actor. Con Danny Caldén se presentó en la Galería de Arte del INAC, en el Caso Viejo, durante tres días, y luego se presentó igualmente en la Galería del DEXA, de la Universidad de Panamá. También estuvieron Costa Rica. Hubo presentaciones en el Teatro de Limón y en San José se presentaron en varias cooperativas, en los atrios de las iglesias y dentro de las iglesias mismas. Cuando te dije que en nuestra presentación en la Casa el Periodista nos habían puesto luces, el ilumino técnico fue casualmente Danny Caldén.

(Mayo 2020) 



No hay comentarios: