Del 20 de octubre hasta el 1 de
noviembre de 2015, en la ciudad de Palmas, Estado de Tocantins, Brasil, se
celebran los Primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas (JMPI), con la
participación de atletas y
representantes indígenas cerca de 30 países, acontecimiento único que apenas
comienza y ha de impactar en el mundo como otro foro de lucha de los pueblos
indígenas en defensa de sus derechos humanos.
Los Primeros JMPI, no se realizan al
margen de las violaciones de los derechos humanos de nuestros hermanos en
Brasil y de otras partes del mundo, muy al contrario, en este encuentro o
fiesta internacional, se va a prevalecer los intercambios culturales y
discusiones políticas, denuncias a los gobiernos y empresas transnacionales,
durante las dos semanas de actividades culturales deportivas, habrá feria de
artesanías, también la Casa (Oca) de la Sabiduría estará abierta para las actividades
políticas, sin la intervención ni mandatos de ningún gobierno u organismos
internacionales, de ahí saldrá un pronunciamiento político frente al acontecer
indígena y problemas que aquejan el mundo actual.
Para nadie es un secreto de que el mundo
se mueva detrás de las actividades políticas, pero igual detrás de los balones
de juego, y los indígenas no vivimos al margen de esa realidad, y lo que
destaca los JMPI es el rescate de los juegos tradicionales indígenas que
también ha sido marginado y discriminado por los juegos occidentales que hoy
ven el deporte únicamente como una caja registradora de dinero, no tanto para
enaltecer la paz, armonía y hermandad en el mundo.
Los Primero JMPI se celebran después de
120 años de la constitución del Comité Olímpico Internacional (COI) y aun año
de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 (XXXI edición de los Juegos
Olímpicos de Verano), que por ello tenga apoyo financiero de algunos gobiernos,
como de Brasil, es perfectamente razonable, así como de instituciones internacionales
como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otros. Y eso no significa
que sus dirigentes y los que creemos en esos juegos se hayan vendido o rendido
a los gobiernos y se hayan olvidado de la sagrada lucha por los derechos de los
pueblos indígenas, muy al contrario, la lucha por los derechos indígenas debe
darse en todos los terrenos, incluyendo en las arenas deportivas.
A
los organizadores de los JMPI en el Brasil, les ha tomado más de 20 años para
que los gobiernos le hicieran caso y fueran reconociendo los juegos tradicionales,
por eso un gran sector indígena de ese país junto a otros miles de diferentes
partes del mundo esperan con ansiedad demostrar sus dotes deportivos y
culturales, y gritarle al mundo, que los indígenas a pesar de la marginación,
discriminación y violencia, somos felices jugando a nuestra manera, danzando
junto al fuego sagrado, y seguimos vivos ante las adversidades gracias también a
los Juegos Tradicionales Indígenas.
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