miércoles, 30 de abril de 2014

VOTO INDÍGENA EN TIEMPOS DE RESISTENCIA

A pocos días de las elecciones en nuestro país, hay un grupo de panameños que viven al margen de las concentraciones políticas y al margen de las promesas electoreras, como sus opiniones no cuentan para las encuestas que tiene en vilo la otra opinión pública, sus preocupaciones y aspiraciones siguen siendo voces de protestas y llamados de resistencia porque cada vez que un candidato presidenciable habla del desarrollo termina señalando con su dedo acusador a los pueblos indígenas como los culpables de la falta de energía eléctrica en el istmo por no aceptar de manera incondicional la construcción de represas o la explotación de recursos no renovables que en realidad es negocio millonario para pocos, miseria y hambre para otros miles.

Sin embargo todas las propagandas traen impresos o se emiten a segundos en las televisoras a los candidatos besando niños y abrazando mujeres indígenas, como si fueran amuletos que le vayan a salvar el derroche de millones que jamás nunca llegarán a las comarcas una vez terminados los comicios electoreros, es por ello que en el frenesí de dadivas e inauguraciones poco importa que las obras “imperdonables” no se hayan completado en los territorios indígenas, muchas de esas “obras” quedarán en ruinas a medio construir que un día alguien recordara tiempos de bonanzas que una vez hubo en Panamá y nunca se hizo realidad para los pobres.

A pesar de que hubo por vez primera en toda la historia electoral latinoamericana el Primer Foro Indígena con los candidatos indígenas a presidentes, con un compromiso político firmado por el 99% de los participantes y con la ausencia del candidato oficialista, si se fijara detenidamente en ese compromiso, habrán dado cuenta que son aspiraciones políticas muy exigentes que bien pueden convertirse si no se cumplen en obstáculos de sus gobiernos.

Mientras tanto a pocas horas de emitir sufragios, el “problema” Barro Blanco que recorre como viento de guerra desde el alto Tabasará por todo el país, no son más que vientos de resistencia que hace siglos mantiene viva las culturas indígenas y que fácilmente puede convertirse en bandera de lucha de todo el pueblo panameño que ve de manera pasiva como sus recursos van quedando en manos extranjeras a cambio de unos pocos millonarios que han empeñado y vendido hasta la dignidad que nos ha costado sacrificio y sangre.


Las aspiraciones indígenas siguen siendo las mismas desde que se creó la república, el reconocimiento legal de los territorios indígenas aún pendientes, el desarrollo real y efectiva de los programas económicos referentes a la producción y comercialización, implementación de mejores políticas de salud y educación bilingüe intercultural, reconocimiento de las culturas indígenas no de manera folclórica únicamente, sino que se tome en cuenta la efectiva participación de esos pueblos en el desarrollo del país, porque de otra manera la supuesta democracia seguirá teniendo siempre un supuesto enemigo en las demandas indígenas, porque si no aquellos seguirán siempre en tiempos de resistencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente reflexión