jueves, 17 de febrero de 2011

A propósito de las reformas al Código Minero

Con las reformas aprobadas al Código Minero, las consultas reales a los ciudadanos panameños fueron ignoradas y lo que acaba de ocurrir no es más que imposiciones antidemocráticas que no presagian nada bueno en lo que respecta a la tranquilidad y armonía entre panameños, además que esas reformas se han hecho en tiempo record, tomando en cuenta que las reformas completas al Código Minero se viene gestionando desde hace mas de 10 años, donde se discuten no solamente los cánones o impuestos para las explotaciones, sino también el conglomerado de derechos que deben tener los panameños ante la industria más destructiva en la actualidad.

Todas las exigencias tanto de los pueblos indígenas y no indígenas cayeron en oídos sordos y mas caso se hizo a los gobiernos extranjeros y sus transnacionales, lo cual no es más que una burla, por lo cual tampoco se podía esperar aplausos y vivas por parte de los afectados que son todos los panameños quienes una vez mas y estupefactos ven como se venden en bandeja de plata sus recursos naturales tanto renovables y no renovables, aun dolidos todavía de los desastres naturales ocurridos hace apenas 30 días anteriores, sabiendo que una de las consecuencias de esas secuelas es la destrucción de los bosques y ríos con la explotación minera en todo sentido de la palabra.

Siendo así, el gobierno tenía que buscar algún culpable (chivo expiatorio en Panamá) y como siempre aquello recayó en los Pueblos Indígenas, quienes siguen demostrando que son los únicos que ostentan un liderazgo real y no politizada para encabezar una verdadera revolución en defensa de la dignidad de todos los panameños, poniendo aun en peligro sus propias vidas. Con recelos detrás de los manifestantes indígenas van en hilera los otros movimientos y partidos políticos tratando de cosechar algunos triunfos para su sobrevivencia política.

El pueblo indígena no tiene nada que perder y mucho que ganar, tomando en cuenta que fue la explotación de minas a través de toda Abya Yala que lo llevo a la miseria y esclavitud, mucho que ganar porque esa condena a la esclavitud lo llevo también a su liberación y existencia después de más de 500 años aun sin poder gozar de los frutos saqueados a través de la minería que en muchas ocasiones han sido promocionados por los supuestos libertadores o próceres de independencias que no han sido más que vende patrias y muchos de los actuales gobernantes y ricos del continente llevan sus apellidos.

Por lo tanto, el pueblo indígena no espera que lo vean con lastimas y que lo esperen con los brazos abiertos en las manifestaciones y negociaciones, no es más que un compromiso que cumplir no solo con sus comunidades sino con todo el pueblo panameño que actualmente con temor saben que los nuevos sátrapas al no tener respuestas concretas con sus connacionales van a tener que recurrir a la violencia y persecución política, porque pesa más los compromisos adquiridos con transnacionales internacionales que con el pueblo que le dio votos en las últimas elecciones.

Solo los que han sido humillados por siglos con la minería saben que el futuro de sus hijos jamás llegara a lomo del desarrollo de la minería a cielo abierto.

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