La guerra de la Amazonía Peruana: símbolo de martirio indígena

Ya pasados varios días de haber ocurrido la masacre de Baguas (Amazonas peruana), el gobierno del eterno corrupto de Alan García en complicidad con las fuerzas policiales y militares del Perú insisten en señalar que sólo hay un culpable del supuesto atentado contra el estado, los indígenas. Sin embargo no dice que el estado siempre ha atentado contra los pueblos indígenas, que por siglos han ocurrido masacres, genocidios, hasta el punto que más del 50% de la población se avergüenza de decir que su pasado es indígena, muchos por temor al racismo y persecución que han implementado los criollos, mestizos y no indígenas.

Los hechos acaecidos en Baguas se venía presagiando desde mucho antes, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) con apoyo de organizaciones regionales de la amazonía, no sólo hacían frente a las palabras de Alan García, quien dijo que los indígenas "no son ciudadanos de primera", y consideraba los territorios indígenas como, “tierras ociosas por que el dueño no tiene formación y recursos económicos. Por tanto, su propiedad es aparente. Esa misma tierra, vendida en grandes lotes, traería tecnología...”. Habían otros enemigos en el Congreso que discutían de manera inconsulta y a espaldas de los indígenas el Decreto Ley 1090 -Ley Forestal y de Fauna Silvestre-, con lo cual reducía la definición de Patrimonio Forestal, dejando fuera del régimen forestal cerca de 45 millones de hectáreas de tierras con capacidad forestal, es decir, el 60 por ciento de los bosques del Perú. Además que el artículo 6 de esta norma permitía cambiar el uso de las tierras que pertenecen al patrimonio forestal cualquiera sea su categoría cuando se trata de proyectos de interés nacional. Otro decreto ley que se discutía era el 1064 (que aprueba el Régimen Jurídico para el Aprovechamiento de las Tierras de Uso Agrario), con lo cual se dejaría sin efecto el requisito del acuerdo previo y que perjudica directamente a los propietarios de las tierras rurales.

Es decir, era un atentado directo y criminal hacía los pueblos y comunidades indígenas sólo para favorecer a grandes empresas transnacionales que iban a llegar después que Estados Unidos (USA) aprobara un tratado de libre comercio (TLC) con Perú.

Por lo tanto, derogar el decreto ley 1090 supondría poner en peligro el TLC con Estados Unidos y claro está su bolsillo, con lo cual podía hacer lo que él aprendió desde la primera vez que estuvo en la presidencia del Perú (1985-1990), ser corrupto y robar a todos los peruanos, por lo que tuvo que salir huyendo como buen criminal. El pueblo peruano se equivocó de nuevo en 2006 y de seguro el Sr. García, salga de nuevo por la puerta trasera de la presidencia y esta vez para ser enjuiciado por crímenes de lesa humanidad.

El resto es historia conocida y, nos unimos al dolor y rabia de nuestros hermanos amazónicos y de todos demás pueblos indígenas que existimos a lo largo de Abya Yala. Aquello es una muestra de lo que avecina en otros países, una espada de Damocles sobre la cabeza de nuestros pueblos y, es el momento de buscar unidad en todos los ámbitos, cargar la mochila con las flechas aún vivas de nuestros ancestros, no queda más, el futuro indígena está en el coraje y enfrentamiento con los que quieren ver indígenas dentro de una reserva o borrarlos de la historia de sus países.

(La foto fue tomada del sitio: servindi.org)