A 20 de años de la partida del
Sagladummad (Cacique) Guna, Carlos López Inageliginya, honramos su memoria de quien
fue uno de los últimos historiadores más eminentes de Gunayala, conocedor de Bab
Igala, a pesar de que no estuvo cantando en una hamaca como Sagla, fue uno
de los voceros e intérpretes más conocidos de la historia guna, con su muerte
se cerró una biblioteca, pero su legado quedó para siempre entre nosotros.
A su memoria, quiero narrar una anécdota
de cómo contribuimos también a la elección del Congreso General Guna para el
Premio Bartolomé de las Casas, premio que le tocó recoger al sagladummad Carlos
López, en Madrid 1998. (Acontecimiento que adelanto de mis memorias si llegase
a publicar en algún momento)
Corría los mediados de los años
´90 del siglo pasado, un día otoñal, en Madrid en una de las conferencias sobre
biodiversidad biológica, acompañado de mi amigo y hermano guna Marcial Arias,
fuimos invitados a un almuerzo por personal de IWGIA (Grupo Internacional de
Trabajo sobre Asuntos Indígenas - Dinamarca), algunos amigos solidarios con
pueblos indígenas de España y un oficial de la Oficina de la ONU en Ginebra que
atendía asuntos indígenas. La conversación se centró en la búsqueda de
candidatos que deben recibir el Premio Bartolomé de las Casas en próximos años.
Al final del almuerzo, dos horas, como suele comer en esas tierras, estaba claro
que el premio sería compartido, uno sería para un poeta indígena de México, y otro,
venía la pregunta esperada, que habláramos porque debía ser el Congreso General
Kuna el otro nominado. Entre Arias y yo sustentamos ante algunos que integraban,
en esa época el jurado, la lucha de nuestro pueblo junto al Congreso General
Guna y sus líderes, y al final de la reunión almuerzo, volvimos a la
conferencia internacional para seguir negociando con los estados sobre el tema
de los conocimientos tradicionales.
Después los organizadores del
Premio se contactaron con el Congreso General Guna y solicitaron más
informaciones, a nosotros antes de eso sólo nos tocó anunciar a los Saglas o
jefes que eso vendría. Y meses después al momento y después de recibir el premio Bartolome De Las Casas el Sagla Carlos López fue asombrando a los europeos con sus discursos y conocimientos sobre la historia de Abya Yala.
A pesar de que hay mucha tinta
corrida sobre su vida, en lo personal, además de haber trabajado un tiempo a su
lado en el Congreso, crecí escuchando sus consejos y enseñanzas, mi hogar era su
parada casi obligatoria antes de llegar a la Casa del Congreso, siendo hermano
de mi madre y amigo y colega de mi padre. A su muerte nos tocó desde la
Asamblea Legislativa, siendo un Guna presidente de este poder de estado en 2000,
Enrique Garrido, organizar el traslado de sus restos a nuestra comunidad, y hoy
su legado sigue nutriendo la sabiduría indígena y en especial la guna. (Panamá,
7 de agosto de 2020)
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