Pocos pueblos indígenas en el mundo pueden celebrar su autonomía,
rescatada de manos coloniales, la ansiada libertad por lo cual muchos
políticos, filósofos, escritores a través de la historia han gastado miles de
litros de tintas destacando como uno de los derechos humanos más sagrados que
los pueblos del mundo pueden ostentar.
Antes de la creación de las repúblicas, por españoles y criollos en
nuestro continente (Abya Yala), los
pueblos indígenas tenían organizadas sus sociedades y a pesar de no tener
fronteras delimitadas, respetaban los límites culturales, tenían crecientes
economías, en pocas palabras, tenían autonomía y autodeterminación. Situación
que fue truncada en 1492 en adelante, desde entonces, han pasado varios siglos
de persecución y humillación hacia nuestros pueblos.
Sin embargo, no todo fue sumisión y llanto, poco a poco los pueblos
originarios fueron rescatando sus territorios, utilizando toda clase de medios
y actividades, entonces los colonizadores y sus descendientes eran los
humillados y lloraban que los indígenas le arrebataban y robaban lo que dios le
había otorgado, cuando sus primeros abuelos vinieron del otro lado del océano
imponiendo sus reglas a punta de violencia y sangre.
Pocos historiadores y políticos no indígenas han entendido y escrito
que la lucha de los pueblos indígenas es legítima y que tenían todo el derecho
de rescatar sus tierras como lo hizo el pueblo Guna de Gunayala en 1925,
considerada en la actualidad como una de las autonomías más antiguas de Abya
Yala.
Pero como todo pueblo autónomo en el mundo, tiene sus altas y bajas, no
todo es perfecto, en la época actual de globalización seguimos construyendo y
perfeccionando esa autonomía, nuestros recursos naturales, sobre todo bosques y
ríos siguen estando en la mira de gobiernos y transnacionales, el mar caribe
que baña todo el litoral marítimo de la comarca está siendo presa de
aventureros que ven en islas y playas gunas como “salvajes” sin dueños, por lo
cual ellos pueden lucrar a su antojo violando todas las normas locales.
Frente a todo eso sigue habiendo la unidad de pueblo Guna, a través de
sus dos Congresos Generales, el Congreso General de la Cultura Guna y el
Congreso General Guna (administrativo-político), dispuestos a defender nuestra
identidad e integridad con el apoyo de sus hijos e hijos a cualquier costo, por
eso con orgullo gritamos en este 91 Aniversario de la Revolución Guna de 1925,
Gracias Abuelos.
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