Los días 22 y 23 de
septiembre de 2014, se llevó a cabo la Primera Conferencia Mundial Sobre Los
pueblos Indígenas, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU),
Nueva York. Fue un hecho histórico, donde en horas de la mañana después de la
ceremonia de apertura se adoptó el “Documento Final de la Reunión de Alto Nivel
de la Asamblea General: La Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas” y,
con ello se marca un hito más en la lucha de los pueblos indígenas en el
reconocimiento y respeto de sus derechos, esta vez los estados miembros de la
ONU casi al unísono aplaudieron la adopción de tan importante instrumento internacional,
solo una y que otra voz de los estados dieron a conocer sus inconformidades con
el documento, destacando entre estos al representante del Vaticano respecto al párrafo
13 sobre la salud sexual. (Foto de Johnson Cerda)
Es histórico, porque
después de la adopción de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, el documento no siendo perfecto ni lo esperado por los
representantes indígenas, se hace un llamado a los estados partes del sistema
de esta organización mundial para que se comprometan en muchos aspectos elevar
la Cuestión Indígena casi a un eje transversal en sus políticas locales, y
estos lo aceptaron de esta manera. Queda entonces en las organizaciones y
pueblos indígenas incidir en las políticas nacionales para que esto se cumpla.
Tal como se establece en la Declaración de 2007 (Artículo 45), en este nuevo documento
se, reafirma el compromiso de respetar, promover y avanzar y que de ninguna
manera se disminuya los derechos de los pueblos indígenas (Párrafo 4).
En otro aspecto, con la
negociación de este documento, los pueblos indígenas demostraron tener
capacidad de sentar con los estados y organismos internacionales para incidir
que las demandas de sus pueblos no fueran ignoradas, desde que se anunció la
celebración de una conferencia mundial sobre los derechos de los pueblos
indígenas, se conformaron redes por continentes y regiones para presentar las
exigencias indígenas hasta en la elaboración del documento final, destacando
como en los últimos tres meses antes de la fecha esperada los estados por más
que no quisieran tuvieron que aceptar nuestras demandas.
Es tanto el avance
emprendido que en el documento, en su párrafo 31, se pide al Secretario General
que, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, se comience a
desarrolla un Plan de Acción dentro de todo el sistema sobre los recursos
existentes para garantizar un enfoque coherente de la plena realización de los
fines de la Declaración, y se invita al Secretario General a designar,
prontamente un funcionario de alto rango que esté dentro del sistema de la ONU,
y que tenga acceso a los más altos niveles de la toma de decisiones.
Siendo así, esperamos
que más estados se sumen a que se haga realidad el cumplimiento de esas
directrices, debe ser así porque en la sala hemos escuchado el lenguaje muy
cambiado de países que hace unas décadas veían en la cuestión indígena un
peligro. Hemos avanzado y está más que claro que el mundo ya no respira sin que
los pueblos indígenas den oxígeno a los estados ante los grandes embates que
hoy sufre la humanidad.
(Nueva York, 23 de septiembre de 2014)
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