Todo en época de coronavirus (Reflexiones de insomnio)

Estamos confinados en nuestros hogares tratando de esconder del virus que hoy tiene en vilo a la mitad del planeta, mirando a nuestro alrededor, de repente sólo encontramos caras familiares, vecinas y amistades, que igual que nosotros sus expresiones muestran hambre, dolor y enfermedad, el mundo enfermo es nuestra desgracia? Desgracia de pobres?

Más allá de nuestras puertas, fronteras, ocurren cosas raras, en mi país el maldito virus está endeudando a toda una generación, tal vez hasta el próximo siglo, en cambio el dinero se esfuma detrás de cuentas extrañamente personales de unos cuantos personeros del gobierno y de sus adláteres, muchos ya ricos de siempre con todos los gobiernos y desgracias que empobrece más a la mayoría del pueblo.

A nivel internacional, está seguro, que el Covid-19 es un engendro de laboratorios, pero un hijo que nadie quiere ser su padre o madre, acusaciones entre potencias como Estados Unidos de Norteamérica y China, hasta de padrastros venidos de Europa o del espacio sideral.

Sin embargo, en su nombre se fomenta el armamentismo, se presagia el apocalipsis de siempre, a falta de recursos no renovables, hay que dividir de nuevo el mapa terrenal, otra vez la guerra, señor de soluciones vuelve a pasear llevando a cuestas un virus como aquel de hace 100 años atrás, pero ahora no se sabe si vino para quedarse por siempre.

Dicen que la economía mundial va hacía un despeñadero, en cambio, la felicidad, el hambre y la muerte tienen precios más altos y se pagan en yuanes, dólares, euros y otros, sino, no eres humano y no vives el mundo, entonces eres una cifra jamás existida, si vamos a un colapso económico, porque las instituciones financieras internacionales están más ávidas en recaudar dinero vendiendo hasta la luna?

Preguntas sin respuestas, respuestas sin preguntas, sólo la Madre Naturaleza sabe exigir espacio para sus hijos y recursos, sólo ella dará el tañido final de una campana ya cansada de tanto gritar y perderse para siempre con el grito humano entre las estrellas...