miércoles, 17 de septiembre de 2008
Un oasis de cultura ante la agresión genocida
Luego de tanta masacre y agresión fascista habida en el hermano país de Bolivia, no podemos quedar callados, como lo hicieron los medios internacionales, supuestos voceros de las mal llamadas democracias, que sólo destacaron que Tarija, Pando, Beni y Santa Cruz querían autonomía. Sin embargo, no informaron que nuestros hermanos eran asesinados a mansalva, niños y niñas indígenas arrancados de los brazos de sus padres y arrojados como cualquier objeto sin valor y baleados sin compasión.
Bolivia que vivió de dictaduras debe saber más que cualquier otro país que aquellos prefectos llevarían de nuevo a ese humillado pueblo a una dictadura fascista, imaginense si en democracia quieren derrocar a un presidente legitimo, que ha llegado a dirigir el país con el voto mayoritario de su pueblo, sobre todo de los mas pobres y discriminados.
Bolivia debe ser el espejo en que toda sudamaerica debe mirar: O quieren vivir en una real democracia o reviven los espectros de gorilas que por decenas de años han sangrado y saqueado sus países.
Solidaridad con Evo y con el Pueblo Indígena del hermano país. Si en 500 años no han podido derrocar el espíritu guerrero indígena, menos en un año van a arrodillar a nuestros hermanos del Tawantisuyu, seguiremos enarbolando siempre la Sagrada Whipala.
Frente a toda esa ignominia, surge una llama de esperanza y, como arma y herramienta de lucha levantara el espiritu de nuestros hermanos y gritará al mundo que con el cine indígena también se pueden desatar las cadenas de la injusticia.
Saludos al IX Festival internacional de cine y video de los pueblos Indígenas, que se celebra en ese país y aunque con lagrimas en los ojos, la cultura siempre nos mantendrá frescos para el mañana que a veces no deja asomar su rostro facilmente.
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